lunes, 22 de febrero de 2010

Libro III, Capítulo 69 ( 5 de 5)

Galaor y sus compañeros buscan un puerto para embarcar hacia la Gaula. Al tercer día llegan a un castillo y piden albergue. Es el castillo de Ambades, primo de Arcaláus. Ambades reconoce a Dinarda. Ésta, en cuatro palabras, le pone al tanto de la situación, pero le encarece que no ataque a Galaor: le recuerda con que facilidad despachó a los siete caballeros de su tío. Ambades finge hospitalidad. Acuerda con Dinarda que al día siguiente, cuando reanuden la marcha, ellas se retrasarán y en cuanto Galaor y Norandel salgan del castillo, cerrarán las puertas y ellas quedarán a salvo dentro. Así ocurre: al día siguiente, Galaor y Norandel se despiden montan en sus caballos y salen del castillo. Las doncellas se quedan atrás. Ambades aprovecha para subir el puente levadizo y los deja con tres palmos de narices. Galaor reclama a las doncellas, pero Dinarda desde lo alto del muro le reitera su odio a Amadís, extensivo a su hermano. Le espeta que si se le ha entregado ha sido por miedo. Norandel llama a la otra doncella que le contesta que solo sigue las ordenes d su señora. Norandel reta a Ambades con el objetivo de recuperar a las doncellas. Pero el primo de Arcaláus desprecia el reto y los hace huir con una andanada de flechas. Galaor y Norandel prosiguen solos su viaje. Llegan al puerto de Alfial donde embarcan para la Gaula. Llegan sin novedad. Desde la costa ya le esperan Amadís y Florestán que lo han reconocido en la distancia. Hay alegría mutua por el reencuentro. Florestán presenta a Norandel y a Amadís. Acompañan a los recién llegados ante Perión. Amadís está preparado para salir en busca de aventuras. Galaor le dice que gustoso le acompañaría pero que una misión le retiene. Cuando le preguntan por ella, responde que es la de encontrar a los tres misteriosos caballeros de las sierpes, artífices de la victoria sobre los Siete Reyes. En un aparte, Amadís les dice a Florestán y Perión que le cuenten la verdad a Galaor solo después de su partida para evitarle trabajos innecesarios. Esa noche hubo fiesta y risas. A la mañana siguiente tras la misa matinal, Amadís parte acompañado de Gandalín y el enano. Florestán le pide acompañarlo, pero Amadís no se lo permite: quiere ir solo para pensar mejor en su amada Oriana y porque piensa exponerse a situaciones tan extremas y peligrosas que solo la gloria o la muerte le espera. Se despide y marcha. Cuando ya le han perdido de vista, Perión le desvela a Galaor la verdadera identidad de los caballeros de las sierpes. Norandel le pide los yelmos y las armas. Perión se los da. Galaor y Norandel cuentan su aventura con Arcaláus y Ambades. Tras unos días regresan a la Gran Bretaña.

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