sábado, 12 de septiembre de 2009

Libro I, Capítulo 43. Fin del Libro I.

Galaor y Florestán curan sus heridas en el castillo de Corisanda. Una vez repuestos parten para reunirse con Amadís. Florestán le pide a Galaor que, si surge la oportunidad, le deje pelear a él primero. Galaor lo acepta. Pasan la noche en casa de un caballero taciturno. Galaor le pregunta por la causa de su tristeza. El huésped se niega a desvelarla. Al día siguiente, el mohíno caballero les conduce hasta la Fuente de los Tres Olmos. Allí encuentran a tres doncellas y, cerca, a un enano subido a un árbol. Florestán habla con las doncellas. Una le pregunta si es capaz de sacarla de ese lugar. Florestán asiente y la monta en un palafrén. Al verlo, el enano comienza a gritar alarmado. A sus voces acude un caballero que se enfrenta a Florestán. El amante de Corisanda lo derriba fácilmente y le obliga a rendirse y a que libere a la doncella. El vencido consiente y Florestán se lleva a la doncella. La segunda doncella también le pide ayuda. Florestán la monta en otro palafrén y, de nuevo, el enano lanza gritos de alarma. Aparece un segundo caballero y Florestán vuelve a luchar contra él. En el primer encuentro Florestán falla su golpe y el caballero rompe su lanza en el escudo de su rival. En el segundo encuentro Florestán lo derriba. El caballero queda tendido en el suelo como muerto y Florestán se lleva a la segunda doncella. Luego repara en la tercera doncella, triste y solitaria, y también se ofrece a llevarla. Ella le advierte que el caballero que la guarda es mucho más temible que los otros dos, pero Florestán no se arredra y la recoge. El enano grita de nuevo. Sale el tercer caballero que lleva armas partidas en oro, montado en un caballo bayo y acompañado por dos hombres armados con hachas. Tras una esforzada pugna, Florestán le vence y le mata.
El melancólico huésped se acerca y le dice a Florestán que está enamorado de la tercera doncella y que ella le corresponde. Le cuenta que había sido raptada por el caballero muerto. Le pide que se la entregue. Florestán lo hace gustoso. Galaor se apropia del caballo bayo. Florestán se queda con la primera doncella y le cede la segunda a Galaor. Por la noche, en casa de la hermana del huésped, disfrutan de ambas doncellas. Al día siguiente llevan a las doncellas a casa de una tía suya. Por el camino les cuentan la historia de la Fuente de los Tres Olmos: El tercer caballero se llamaba Alumas y era primo de Dardán el Soberbio. Se enamoró de la tercera doncella, pero ésta estaba enamorada del huésped. La raptó (causa de la pesadumbre del triste caballero) y para ganar su amor le prometió realizar grandes hazañas. También le dijo que quería matar a Amadís, pues él había matado a Dardán. Raptó a las otras dos doncellas para que hicieran compañía a su amada y trajo a dos amigos para que le ayudaran en su guarda y custodia. Cada día las sacaban a la fuente para incitar al combate a otros caballeros. Llevaban así un año, siempre victoriosos, hasta que llegó Florestán.
Dejan a las doncellas en casa de su tía y siguen camino hacia Sobradisa. Cuando llegan, la disputa con Abiseos ha concluido. Llegan a la capital y van al palacio real. Se reunen con Amadís y Agrajes. Amadís al conocer a Florestán, su nuevo medio-hermano, lo abraza llorando de emoción.

Y CON ESTA TIERNA ESCENA ACABA EL PRIMER LIBRO DE "AMADÍS DE GAULA"

jueves, 10 de septiembre de 2009

Libro I, Capítulo 42

En su juventud, Perión vivió un tiempo en Alemania. De regreso a su tierra se alojó en casa del Conde de Selandia. Por la noche una doncella se coló en su cama. Era la hija del conde. Perión se resistió al principio, pero ella amenazó con suicidarse si no la poseía. Perión consintió en yacer con ella. Y la dejó preñada. Perión siguió su camino sin conocer tan embarazosa circunstancia. La condesita ocultó su embarazo hasta el final. Cuando iba a llegar el momento del parto se marchó al castillo de su tía que la acogió cordialmente. Dio a luz un niño de nombre Florestán que crió la tía guardando el secreto. Cuando cumplió los dieciocho años, la tía llevó a Florestán ante su abuelo para que lo nombrara caballero, aunque el conde desconocía que era su nieto. Tras la ceremonia, la tía le desveló el nombre de su padre. Florestán decidió obtener una fama que le hiciera merecedor de darse a conocer a su padre. Se fue a Constantinopla. Bizancio estaba en guerra. Allí permaneció durante cuatro años acumulando proeza tras proeza hasta tener las suficientes como para presentarse ante Perión. Cuando volvió, conoció la fama de Amadís y Galaor. Pensó en acrecentar aun más su curriculum caballeresco para no desmerecer ante sus mediohermanos. Y en eso andaba, ocupado en sus caballerías hasta que se topó con Galaor.
Amadís y Agrajes permanecen cinco días en el castillo de Briolanja. Luego parten acompañados de Briolanja, la dueña, dos doncellas y cinco hombres a caballo. Briolanja viste de luto hasta que su padre sea vengado. Briolanja le pide un favor a Amadís. La dueña le pide otro a Agrajes: Les hacen prometer que no emprenderan ninguna otra aventura sin el permiso expreso de ambas mujeres. Más tarde les pesará este juramento pues les impide acometer empresas caballerescas y desfazer entuertos que se van encontrando por el camino. Están atados por la palabra dada y nada hacen y avergonzados van. Llegan a Sobradisa de noche. Se acercan al castillo de Galumba, vieja dueña, fiel servidora del padre de Grovenesa, la dueña (no confundir con la otra Grovenesa, la mujer de Angriote de Estravaus). Galumba escribe una carta y la marca con el sello de Briolanja. Envía a una doncella con la misiva a la capital del reino, también llamada Sobradisa, para Abiseos, el usurpador, con instrucciones de que se la lea delante de todos los dignatarios de la corte. Así lo hace. En la carta se habla del asesinato del padre de Briolanja, de la usurpación del trono y propone un combate de Abiseos y sus dos hijos contra dos paladines que defienden la causa de Briolanja. Pide seguridad y protección para estos dos paladines hasta que llegue la hora del combate. Abiseos se ve forzado a aceptar el reto y a conceder inmunidad a sus adversarios hasta el momento de la lucha. La doncella regresa al castillo de Galumba. Amadís y Agrajes se preparan para la pugna. El día elegido se trasladan a Sobradisa. Empieza el combate. Amadís lucha contra Dramis y lo mata en el primer encuentro. Agrajes se enfrenta a Darasión. En el primer choque ninguno de los dos cae. Abiseos ve a Dramis en el suelo y se lanza sobre Amadís: de un lanzazo le atraviesa el escudo y le alcanza el costado. Amadís se revuelve y le golpea con la espada en la cabeza. Abiseos queda aturdido, se tambalea y cae al suelo. Amadís acude en ayuda de Agrajes y golpea con fuerza sobre Daramón. Pero éste se revuelve con furia y le mata el caballo. Amadís cae al suelo. Abiseos, recuperado, se incorpora al combate. Agrajes golpea con su espada en el yelmo de Daramón y la pierde. Para evitar que le hiera, se arroja sobre Daramón, lo abraza y ruedan por el suelo. Abiseos intenta rematar a Agrajes pero Amadís se interpone y de un certero golpe lo derriba y lo deja tendido en el suelo. Agrajes y Darasión consiguen ponerse en pie. Agrajes se apodera de la espada de su rival y Darasión coge la de Agrajes. Agrajes está herido de gravedad pero no desiste en su lucha. Luchan los cuatro. Abiseos, en un desesperado ataque consigue herir a Amadís en el hombro. Amadís se revuelve y le cercena el brazo a nivel del hombro. Abiseos cae al suelo y muere. Agrajes derrota a Darasión y le corta la cabeza.

[Bajo el epígrafe de "CONSILIARIA" vienen unos párrafos farragosos y plúmbeos condenando a traidores y usurpadores...]

Acabada la contienda se acerca uno de los próceres del reino. Es Gomán, que restaura a la legítima heredera, Briolanja, en el trono de Sobradisa.
Amadís reposa durante 8 días en el palacio real de Sobradisa reponiéndose de sus heridas gracias a los amorosos cuidados de Briolanja. Otra persona cura a Agrajes... es un hombre.

martes, 8 de septiembre de 2009

Libro I, Capítulo 41

9ªAventura de Galaor: Galaor y la doncella persiguen al Caballero de la Floresta durante cuatro días. Galaor está tan enfurecido que se enfrenta a cuanto caballero se topa, matando a la mayor parte. Llegan a un valle con un castillo en lo alto. Se acercan a pedir hospedaje. El dueño del castillo que viste una capa escarlata, los acoge con simpatía. Le cuenta a Galaor como sus hijos están malheridos tras un encuentro con un caballero. Les derribó a ambos y cuando quisieron continuar la lucha a pie y con espadas, el otro se negó y se quiso marchar. Se montó en una barca para cruzar un río pero los hijos del caballero consiguieron detener la embarcación. En la barca había una una dueña que intentó mediar pero los hermanos no cejaron en su empeño. Por fin , el caballero accedió y lucharon. Los venció de nuevo con facilidad, se embarcó y se fue.
Por la descripción de caballero, Galaor reconoce a su adversario. Al día siguiente parte en su busca. Encuentran una fortaleza. La doncella se adelanta. Vuelve al poco rato acompañada de otra doncella y de diez hombres armados y a caballo. La segunda doncella es prima de la primera. Se ofrece a guiar a Galaor hasta el Caballero de la Floresta. Les lleva hasta la costa. Se divisa una isla a unas tres leguas de distancia. Galaor se embarca con las doncellas. Solo puede pasar un caballero cada vez por condición impuesta por la gobernadora de la isla que protege al Caballero de la Floresta. Ella se llama Corisanda, Señora de la isla de Gravisanda. Está enamorada del Caballero de la Floresta y, para evitar que se vaya en busca de aventuras, atrae de vez en cuando a caballeros a la isla para que se enfrenten a su amado que invariablemente los derrota o mata. El caballero estaba en la floresta donde lo encontraron Amadís y Galaor cumpliendo una promesa que le hizo a otra doncella (defender el paso durante 15 días). Corisanda, muy a su pesar, le había permitido salir de la isla para cumplir esa promesa. Le había concedido un un mes de plazo.
Cuando Galaor llega a la isla ya ha anochecido. Desembarcan y acampan. Galaor intenta seducir a la prima de la doncella. Ella no cae en sus redes aunque en el fondo se siente muy atraída por él. Al día siguiente continúan camino hasta un castillo. De la muralla cuelga un cuerno. Galaor lo hace sonar. Del castillo sale la señora con su comitiva. Montan una tienda y en ella se meten. Galaor envía a la prima para que hable con Corisanda y avise al Caballero de la Floresta. Corisanda lo hace llamar. Cuando llega le besa y abraza y le incita contra Galaor. Comienza la justa, parten sendas lanzas y destrozan sendos escudos. Galaor saca su espada pero el otro caballero le propone cruzar lanzas otra vez. Galaor accede a pesar de tener un caballo de inferior calidad. En el segundo encuentro, ambos están a punto de caer de sus caballos. Ahora sí lucharán a espada: la liza es porfiada, brava y prolongada. Se hieren fieramente, destrozando escudos y armaduras. Galaor advierte que su caballo desfallece y propone seguir luchando a pie. El otro no acepta. Galaor se lanza sobre él, lo abraza y caen al suelo. Sigue la pugna a pie. Se hieren con saña y encono. Galaor propone un descanso y quiere que el otro le de su nombre. El caballero de la Floresta se niega. Solo dará su nombre a dos caballeros a quienes aprecia y a ningún otro. Prosigue el combate. Por fin, Galaor, tras ímprobos esfuerzos, consigue derribar al caballero. Corisanda intercede para salvar la vida de su amado. Galaor consiente si le dice el nombre del vencido y el esos dos caballeros que tanto aprecia. Corisanda le desvela que es Florestán, hijo del rey Perión, y los otros dos son Amadís y Galaor, sus medio-hermanos, a los que profesa una desmedida admiración.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Libro I, Capítulo 40

19ªAventura de Amadís, 8ªAventura de Galaor y 2ªAventura de Agrajes:
En el capítulo 21 se habla de la promesa de Amadís a Briolanja, la hermosa niña, y como ella le había regalado la espada de su padre. Es la espada que Amadís partió en tres trozos durante su pelea con Gasinán (cap.27). Gandalín había guardado los pedazos. Ardián, el enano, había interpretdo mal los gestos entre Amadís y Briolanja, y estaba convencido de que ambos se amaban. El plazo para cumplir su promesa se acaba y Amadís pide permiso a Oriana para partir. Como necesita a dos caballeros, le acompañan Agrajes y Galaor. Ya en camino, Amadís pregunta por los pedazos de la espada. Se han quedado en Londres. Amadís envía al enano en su busca. Ardián regresa a Londres y mientras recoge los fragmentos de la espada, es descubierto por Oriana que le pregunta que hace ahí. El enano le responde que Amadís necesita los pedazos de espada para entregárselos a la persona que más ama en este mundo, Briolanja, la niña hermosa. El enano se va y deja a Oriana toda perturbada, corroída por los celos. Ardián alcanza a la expedición que encabeza Amadís, ignorante de la conversación entre el enano y Oriana. Encuentran a una doncella que les aconseja que abandonen ese camino porque, desde hace quince días, un caballero hiere o mata a cualquiera que se atreva a enfrentarse con él. Amadís y sus compañeros no se acobardan. Le piden a la doncella que les conduzca ante él. Lo encuentran. Es un caballero grande que monta un caballo ruano, junto a su escudero que porta cuatro lanzas. Es el Caballero de la Floresta. Ha prometido defender el camino durante quince días, pero aunque ya lleva más de dieciséis, les reta igualmente. Les propone combatir solo con las lanzas, pues está cansado de luchar con espada. Agrajes se lanza contra él y el caballero de la Floresta lo derriba. Galaor, igualmente, se abalanza...y del mismo modo, el caballero de la Floresta lo derriba (quizás el caballo de Galaor estaba muy cansado, ... ejem, ejem). Galaor quiere seguir la lucha a pie y con espada, pero Amadís le recuerda lo convenido. Amadís es quien se lanza ahora sobre el caballero. Tras un violento cruce de lanzas, ambos contendientes caen al suelo con sus monturas. El caballo de Amadís cae en mala postura y muere. El caballero de la Floresta consigue retener las riendas de su corcel, se levanta y monta de nuevo. Amadís le dice que ha habido un empate y le propone repetir el lance. El caballero opina que ha vencido a los tres y se marcha. Los tres amigos, mohínos, deciden buscarlo para tener una revancha y le piden información a la doncella para encontrarlo. Ella les pide que antes se identifiquen. Al conocer sus nombres, le recuerda a Amadís la promesa que le hizo a Briolanja y que debe cumplirla antes que ir en busca de revancha en pos del caballero de la Floresta. Amadís le da la razón y decide reunirse con Briolanja. Agrajes le acompaña. Pero Galaor, deseoso de venganza, parte con la doncella en busca del caballero de la Floresta. Les promete a sus amigos que llegará a tiempo para cumplir la palabra dada.
20ªAventura de Amadís: Llegan al castillo de Torín, de la dueña y la niña Briolanja que al ver a Amadís se enamora de él. [Aquí viene una disgresión algo confusa, anticipando hechos que ocurrirán mucho más tarde. Se nombra, no sé porqué razón, al infante Alfonso de Portugal. Al final, Briolanja consigue con ayuda de Amadís recuperar el trono de Sobradisa. Amadís, no sé como, contrae una cierta obligación con Briolanja y ésta le pide que la preñe antes de que se vaya. Amadís se niega por amor a Oriana y se encierra en una torre aledaña donde ni come ni bebe hasta ponerse en peligro de muerte. Llegan las noticias hasta la corte del rey Lisuarte, y Oriana, sabiendo que puede morir, le da permiso para que deje embarazada a Briolanja. Pero ésta, viendo el padecimiento del héroe, lo libera de su obligación si su hermano Galaor lo reemplaza (¡Quién si no! Galaor siempre dispuesto para estos menesteres)... Y parece que así sucede, porque al final Galaor se casará con Briolanja]

domingo, 6 de septiembre de 2009

Libro I, Capítulo 39

1ªAventura de Agrajes: Las Cortes continúan doce días más. Luego se disuelven y cada uno vuelve a sus tierras. El rey Lisuarte mantiene a su vera a algunos caballeros: Ladasín y su primo Guilán el Cuidador. Este Guilán estaba enamorado de Brandalisa, y su amor era correspondido. Brandalisa era la esposa de del Duque de Bristoya y cuñada (por parte de su hermana) del rey de Sobradisa.
Por fin llega el emplazado duque de Bristoya y niega ante Lisuarte la acusación de Olivas de que había matado a su primo sin ningún motivo. El rey aplaza su decisión hasta el día siguiente. El duque espera a sus dos sobrinos para que le ayuden en un más que probable juicio de Dios, en un combate tres contra tres. Cuando éstos llegan, el duque lanza el reto a Olivas, que acepta. Agrajes y Galvanes se ofrecen como sus compañeros ya que mantienen cierta enemistad con el duque (ver cap.16). Contemplarán el combate, preocupadas y emocionadas, Olinda (la amada de Agrajes), Mabilia (la hermana de Agrajes y sobrina de Galvanes) y Oriana (amiga y residente en la misma corte). Comienza la lucha: Agrajes y Galvanes se enfrentan a los sobrinos. Derriban a los dos. En su primer encontronazo el duque hiere a Olivas en el pecho. Agrajes ataca al duque, pero el primer sobrino, que se ha acercado a pie a su tío, le hiere el caballo y lo derriba. Galvanes continúa enzarzado con el segundo sobrino. Agrajes, en tierra, se defiende como puede del ataque doble de tío y sobrino. Olivas se desangra sobre su caballo, pero al ver la desesperada situación de su amigo, en un esfuerzo supremo, pica espuelas y ataca al duque. Agrajes ya solo tiene que deshacerse del primer sobrino y tras una fácil y breve lucha, lo mata. Olivas, desfallecido, cae tendido al suelo. El duque se lanza sobre Galvanes en defensa del segundo sobrino. Agrajes monta en el caballo de Olivas y se une al trío. De un golpe de espada le arranca el yelmo al sobrino. Galvanes aprovecha la circunstancia para golpearle con saña y destrozarle la cabeza. Agrajes lucha contra el duque. El caballo de Galvanes, malherido, muere, y su dueño cae a tierra. El duque ve su situación desesperada y retrocede intentado escapar de Agrajes. Éste lo alcanza, y de un tajo en el hombro le deja sin brazo. El duque cae del caballo, pero su pie se queda trabado en el estribo y es arrastrado por todo el campo. Cuando consiguen detener al caballo, el duque ha muerto con la cabeza hecha trizas. Galvanes y Agrajes se acercan a Olivas creyéndolo muerto. Olivas está herido de gravedad pero sanará. La reina ordena traer a la corte a Aldeva y Brandalisa. Se encargará Grumedán. Antes de un mes las damas estarán junto a la reina.