martes, 2 de marzo de 2010

Libro III, Capítulo 70 (1 de 3)

Cuando Esplandián cumplió los cuatro años, el ermitaño Nasciano se lo trajo para que viviera con él. Le acompañó su sobrino, de la misma edad que Esplandián, y su madre, que los había criado, para que siguiera cuidándolos. Esplandián enseguida hizo amistad con la leona que, de vez en cuando, visitaba al ermitaño. Esplandián le da de comer y, desde entonces, la leona lo visita cada día. Tiempo después, el ermitaño le regala un arco y Esplandián comienza a salir de caza con la leona, encargada de levantarle las piezas. Le acompañan dos ballesteros amigos de Nasciano, con quienes aprende todo lo que hay que saber del arte de la caza.
Amadís, tras abandonar la Gaula, llega a Alemania, donde en poco tiempo se hizo un nombre como desfacedor de entuertos y victorioso caballero. Es conocido como el Caballero de la Verde Espada o el Caballero del Enano. Pasa cuatro años por esa tierra. Al llegar el invierno decide marcharse a Bohemia donde reinaba el rey Tafinor que tenía fama de ser un monarca bueno, poderoso y rico. Tafinor está en guerra con Patín, Emperador de Roma y rival de Amadís por el amor de Oriana. Ya en Bohemia, se encuentra un río. En la otra orilla ve mucha gente que cazan con aves de cetrería. Un jerifalte atrapa una garza y cae a los pies de Amadís que descabalga y les grita a los otros si ceba al ave. Le contestan que sí. Tafinor está en ese grupo de gente. Como lo ven junto a Ardián, sospechan que pueda ser el famoso Caballero del Enano (o de la Verde Espada) La fama de sus hazañas alemanas le precede. Sandián, caballero-caudillo de Tafinor confirma que el misterioso caballero ciñe una espada verde. Tafinor se apresura a vadear el río. Se planta ante Amadís y se presenta como el rey de Bohemia y le da la bienvenida. El Caballero de la Verde Espada se ofrece como su vasallo en su lucha contra Patín. Roma quiere someter a Bohemia. Tafinor se resiste a pesar de la desigualdad de fuerzas. El rey acepta el ofrecimiento del Caballero de la Verde Espada y lo aloja en su casa y le proporciona la compañía de su hijo Grasandor y de su primo, el conde Gaitines.

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