sábado, 20 de febrero de 2010

Libro III, Capítulo 69 (3 de 5)

Ya en el barco, cuando se quitan las armaduras, la dueña reconoce a Perión y se postra ante él. Le pregunta por Amadís y Perión se lo presenta. La dueña, de nuevo se postra, esta vez ante Amadís. Le confiesa que es Darioleta, la doncella que lo arrojó al mar cuando era un bebé y le pide su perdón. Amadís sabe que cumplía los deseos de su madre y la perdona.
Continúan su viaje hacia la Gaula.
Arcaláus queda encerrado en su torre, desnudo y rodeado de llamas. Aguanta como puede hasta que pueden entrar y socorrerle, pasados tres días. Lo encuentran medio muerto, con síntomas de asfixia. Lo sacan al exterior donde poco a poco se recupera para descubrir las ruinas de su castillo. Promete vengarse de los tres caballeros y matar en el acto a cualquier caballero de Lisuarte que caiga en su poder. Descansa durante cuatro días, reponiéndose de sus achaques. Luego parte escoltado por siete de sus caballeros. Al poco de iniciado el viaje se topan con dos caballeros de Lisuarte. Arcaláus envía a sus siete hombres para acabar con ellos. En el primer encuentro mueren dos caballeros de Arcaláus. Los otros cinco rompen lanzas y siguen la lucha a espada. Los dos caballeros de Lisuarte matan a tres enemigos más. Los dos restantes huyen en desbandada hacia el bosque. Los caballeros de Lisuarte son Galaor y Norandel. Se acercan al lugar donde está Arcaláus y sus sirvientes. Los criados huyen cobardemente y abandonan a Arcaláus y Dinarda. Galaor le dice que su deseo es matarlo de inmediato, pero se va a contener y lo enviará ante Grumedán para ser juzgado. Arcaláus arteramente, cambia su semblante fingiendo gran alegría. Les cuenta que es primo de Grumedán y que ha sufrido grandes desventuras. Galaor y Norandel aceptan escuchar su historia: "Paseaba por el Bosque de la Laguna Negra, cuando una dueña se me presentó. Me pidió ayuda en un conflicto que tenía. La acompañé y solucioné su problema ante el conde Guncestre. Satisfecho del deber cumplido, regresé a mi castillo. Me topé con aquel caballero que habéis matado que me apresó con intención de arrebatarme mi castillo. Me tuvo encerrado durante 1 año hasta que cedí a sus pretensiones de apoderarse de mi castillo. Tanto tiempo de cautiverio me dejó tan débil que, como veis, solo en andas puedo desplazarme. Íbamos para formalizar la transferencia de la propiedad. Mi intención era, en cuanto pudiese, dirigirme a mi primo Grumedán o al rey Lisuarte para pedir justicia. Si para ellos no fuera posible, me dirigiría a Amadís o a su hermano Galaor para pedirles ayuda. Pero todo eso ya no es necesario, ya que vosotros me habéis vengado cumplidamente." Los cándidos Galaor y Norandel le creen a pies juntillas. Le preguntan su nombre. Arcaláus les dice que se llama Granfiles (verdadero primo de Grumedán, a quien Galaor conoce de oídas). Galaor y Norandel también se presentan. Arcaláus se despide con insincero agradecimiento y se va. Galaor y Norandel acampan.

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