jueves, 4 de febrero de 2010

Libro III, Capítulo 66, (3de 3)

A Oriana le llega el momento del parto. Se reune secretamente con Mabilia y la Doncella de Dinamarca. Tras varias horas de sufrimiento en silencio da a luz un niño. Cuando sus amigas lo limpian descubren unas letras blancas marcadas bajo la tetilla derecha y unas letras rojas bajo la tetilla izquierda. No las entienden, las blancas son caracteres latinos y las rojas, caracteres griegos. Luego envuelven al niño y Mabilia lo descuelga por la ventana hasta la calle, donde ya espera la Doncella de Dinamarca escoltada por su hermano Durín. Juntos con el niño emprenden camino hacia el convento de Miraflores. Ya han acordado con la abadesa la crianza del niño. Atajan por el bosque para ir más ocultos. Llegan hasta un claro del bosque con una fuente. El camino seguía adelante por un valle espeso e intrincado. En las cercanías hay una ermita donde vive Nasciano, santo eremita conocido por su devoción y apreciado por personas y animales. Ninguna fiera osaba atacarle. Cerca de su ermita había una cueva habitada por una leona y sus cachorros. Nasciano con frecuencia los visitaba y les daba de comer. La Doncella de Dinamarca, cansada y sedienta, ve la fuente y le pide a su hermano que paren ahí para descansar y beber. Mientras bebe, la Doncella le confía el pequeño a su hermano. De repente se oye el rugido de un león, y los caballos salen desbocados con la Doncella todavía montada. Durín corre tras ella y consigue alcanzar al caballo y detenerlo, pero ha dejado abandonado al niño sobre un tronco. La leona se acerca al bebé y lo coge con su boca y se lo lleva a su cueva. Allí se topa con Nasciano que le arrebata al niño y la reprende. Luego la obliga a amamantar al bebé. La leona obedece como un corderito. Nasciano tiene un sobrino. Lo envía en busca de sus padres que viven más allá del bosque. El sobrino se pone en marcha pero tarda más de diez días en completar su misión. Durante ese tiempo el bebé sobrevive con la leche de la leona, y si ésta está de caza, con la leche de una cabra y de una oveja. Cuando Durín regresa al tronco y no ve al niño y descubre las huellas de la leona, supone que ha sido devorado y regresa para dar la mala nueva a su hermana. La Doncella de Dinamarca se desespera, no sabe que hacer. Durín decide acercarse a Miraflores y luego regresar con Oriana y decirle que todo ha ido bien. Más adelante y en combinación con Mabilia, le contarán la verdad.
A los diez días llegan la hermana y el cuñado de Nasciano. Éste les propone que cuiden del niño hasta que sepa hablar. Entonces se lo devolverán para que el ermitaño lo eduque. Están de acuerdo. Desvisten al niño y descubren las palabras marcadas en su cuerpo: las blancas dicen "ESPLANDIAN", son incapaces de descifrar las rojas. Se lo llevan y lo crían. Pasado el tiempo se lo devuelven a Nasciano.

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