sábado, 26 de febrero de 2011

Libro IV, Capítulo 130 (7 de 10)

Después de dos días de viaje, Gandalín y la dueña llegaron a la torre. Gandalín exigió al caballero que liberara a la doncella. El caballero salió a luchar. Era grande y llevaba armas jaldas. Salió increpando con voz tonante a Gandalín: "¡Caballero amenazador y de poco seso! ¿Qué buscas?" Gandalín le reclamó de nuevo la liberación de la doncella. El caballero se negó. Lucharon. Fue un combate duro y largo. Lucharon casi todo el día, pero al final Gandalín consiguió imponerse. Ya tenía a su rival tendido a sus pies implorándole el perdón.  De nuevo Gandalín le exigió que liberara a la doncella y que jurara que no volvería a retener a ninguna otra contra su voluntad. El caballero lo prometió. Gandalín le permitió que entrara en la torre y trajera a la doncella, pero el felón traicionó su confianza y escapó por la puerta de atrás, llevándose a su prisionera consigo. Montaron en un batel y ya desde el mar le gritó a Gandalín. Trataba de justificar su vil acción, voz en grito, por el amor que sentía por la doncella, razón por la que no quería devolvérsela a su madre. A continuación comienzó a remar y se alejó con rapidez. Gandalín quedose mohíno y chasqueado. La madre lloraba desesperada. Le echó en cara que se hubiera dejado engañar tan cándidamente. Ahora estaban peor que al principio, pues antes, por lo menos, la madre conocía el paradero de su hija. Gandalín, avergonzado y abrumado por el sentimiento de culpa, le prometió a la dueña que le devolvería a su hija, sin cejar en su empeño hasta conseguirlo. Le pidió que le cediera la barca y a un marinero para salir en persecución de la pareja. La dueña, algo consolada por la propuesta de Gandalín, accedió. Gandalín inició la búsqueda. Tras cinco días de navegación encontró a unos pescadores que le informaron que el caballero y la doncella iban rumbo a la Peña de la Doncella Encantadora. Allí se dirigió Gandalín. En la cala de la isla encontró el batel vacío del caballero y el barco de Amadís. Sospechó que el caballero había desembarcado en la isla para esconderse. Empezó a buscarlo hasta que se topó con Amadís y Grasandor.
Amadís, por su parte, también le cuenta sus andanzas.
Deciden buscar al caballero entre los tres. Registran la ruinas hasta encontrar, al poco, a la pareja en un baño (?). El caballero sale de la mano de la doncella y les pregunta que quieren. Gandalín le increpa por haberle engañado. El caballero reconoce su mala acción pero se justifica por el gran amor que siente por la doncella. Amadís comprende sus motivos, pero le recuerda que tiene que dar satisfacción a la madre de la doncella. El caballero reconoce su culpa y se compromete a presentarse ante la dueña para pedir la mano de su hija. La doncella está conforme con casarse con él. Amadís le pregunta a la doncella que confirma la versión del caballero: ha decidido casarse con él porque ha constatado cuanto amor siente por ella.
Amadís le dice a Gandalín que acompañe a la pareja ante la dueña y que intente mediar para que el matrimonio pueda llevarse a cabo.

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