lunes, 7 de febrero de 2011

Libro IV, Capítulo 129 (5 de 6)

Mientras caminan hacia los vencidos se van contando sus peripecias desde la última vez que se vieron en la Ínsula Firme. Landín le relata como partió con sus compañeros a la conquista de Sansueña y el reino Arábigo. Cuando llegaron a éste último, descubrieron que un sobrino del rey Arábigo había tomado el poder. Se enfrentaron a su ejercito y lo derrotaron fácilmente. Tras la conquista del reino Arábigo, Landín y su primo Eliseo emprendieron el retorno a Irlanda. Se detuvieron en la Ínsula del Infante donde les contaron que hasta allí llegó un caballero que acompañaba a una cuitada dueña y su intención era dirigirse a la Ínsula de la Torre Bermeja a enfrentarse con Balán. Entonces no lo supieron, pero con la historia de Grasandor descubren que se caballero es Amadís. Después de la Ínsula del Infante, Landín y su primo llegaron a estas tierras. Al desembarcar se toparon con una doncella que les pidió auxilio: su marido estaba preso en una torre. Acompañaron a la mujer. Por el camino se encontraron con Galifón. Eliseo le dijo a su primo que continuara el camino con la doncella mientras él se detenía para enfrentarse al desafiante caballero. Landín siguió con la doncella hasta llegar a la torre. El dueño de a torre resultó ser un viejo amigo de Landín, antiguo camarada de juveniles andanzas caballerescas. Landín le afeó su conducta y le pidió que liberara al caballero prisionero. Su viejo amigo lo hizo de inmediato. Landín le recomendó que en el futuro se abstuviera de cometer estos actos contrarios al correcto proceder de un buen caballero. Una vez solucionado el conflicto, Landín se despidió de todos y volvió sobre sus pasos.

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