domingo, 20 de febrero de 2011

Libro IV, Capítulo 130 (3 de 10)

Mientras escuche el relato de Nolfón, a Amadís le vienen deseos de visitar la Isla de la Doncella Encantadora y ser el primero en entrar el la cámara mágica. Sin embargo, su prioridad son sus amigos y le pide al mayordomo noticias acerca de ellos. Nolfón le cuenta como partió la flota hacia la Profunda Ínsula una vez agrupada en la Peña de la Doncella Encantadora. Fueron descubiertos antes de llegar y no pudieron aprovechar el factor sorpresa. Un primo del difunto rey de la Profunda Ínsula había tomado el poder y organizado la defensa. El ataque naval sobre las fortificaciones de tierra fue violento, intenso y sangriento. Tras grandes esfuerzos consiguieron desembarcar. Ya en tierra, Galaor, Galvanes y Dragonís hicieron estragos entre las filas enemigas que carecían de jefes competentes, pues los caballeros principales habían caído muertos o prisioneros en la batalla de Luvaina. Galaor fue de los más destacados en el combate. Consiguió enfrentarse con el primo del difunto rey de la Profunda Ínsula y lo mató. Al verse sin líder los soldados profundoisleños no tardaron en rendirse. Antes de ocho días toda la ínsula había sido conquistada y Dragonís, nombrado nuevo rey. Enviaron a Nolfón para que informara de las buenas nuevas a Briolanja y Madasima. Nolfón se había desviado para recalar en la Ínsula de la Torre Bermeja para visitar a la otra Madasima, la tía de la mujer de Galvanes y esposa de Balán.
Amadís se alegra por tan buenas noticias. Le pregunta al mayordomo si sabe algo de Cuadragante y Bruneo. Nolfón le cuentan que encontraron en la Profunda Ínsula a varios refugiados de la ciudad de Arabia y de las Ínsulas de las Landas. Esta gente había huido de una gran batalla ocurrida entre las fuerzas de Cuadragante y Bruneo y las del sobrino del rey Arábigo.

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