miércoles, 26 de agosto de 2009

Libro I, Capítulo 28

Balais le sigue la pista al caballero que espantó al caballo de Galaor. Se tropieza con cinco ladrones que intentan violar a una doncella. Balais mata a cuatro. El quinto se rinde y pide clemencia. Balais le hace prometer que cambiará de vida y será un hombre de bien. El ladrón cumplirá su promesa y se hará ermitaño, de los más piadosos de esas tierras.
Balais se reune con la doncella, que es hermosa y atractiva, y la piropea. Ella le para los pies. En su combate contra los ladrones, el caballo de Balais ha muerto y tienen que irse montados en el palafrén de la dama. Al día siguiente encuentran a un caballero que sin mediar palabra los ataca y derriba a ambos de un lanzazo. Es el caballero curioso que dejó sin montura a Galaor. Balais le ataca y le derriba, y de un fuerte golpe en la cabeza con el pomo de su espada lo deja inconsciente. Le quita la espada y se la parte golpeándola contra una roca. Se apropia de su caballo y parte con la doncella. Pasan la noche en una casa donde viven dos dueñas. Al día siguiente llegan al cruce del árbol donde les espera Amadís. Al poco rato llega Galaor. Todos juntos van al castillo de la doncella donde los acogen cordialmente. Parten al día siguiente.

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