sábado, 22 de agosto de 2009

Libro I, Capítulo 21

Galaor permanece dos semanas en un monasterio para curar sus heridas. Recuperado, parte. Encuentra a un caballero junto a una fuente, armado pero sin caballo.
3ª Aventura de Galaor: Cuando le pregunta por su montura, el caballero le cuenta que unos ladrones han matado a su caballo. Galaor le ofrece el palafrén de su escudero. El caballero acepta, pero antes le sugiere que beba de la fuente. Dicen que su agua es milagrosa y cura cualquier envenenamiento. Cuando Galaor desmonta para beber, el caballero se apodera de su caballo y escapa a todo galope. Galaor le persigue en el palafrén, más lento. Al poco encuentra a una doncella. le pregunta por el caballero de la fuente. Ella le promete ayuda a cambio de un favor. Le conduce hasta una tienda y le dice que allí está el caballero de la fuente. Pero es una trampa. La doncella está compinchada con el caballero de la fuente, y éste le espera al acecho y fuertemente armado. Galaor lucha contra él y le vence. A pesar de las súplicas de la doncella, lo mata. La doncella se queja de que Galaor no haya cumplido su promesa y pide su vida a cambio de la de su amado. Galaor recoge sus armas y su caballo y prosigue su camino. La doncella le sigue, insultándole y esperando ver su muerte. Galaor llega al bosque de Angaduza.
14ª Aventura de Amadís: Amadís se topa con una carreta de la que tiran doce caballos, cubierta de una rica tela y guardada por ocho caballeros. Amadís quiere saber lo que se oculta en la carreta. Un caballero se lo impide. Como Amadís insiste en su idea, tiene que luchar contra los ocho: mata a algunos y derriba a otros con facilidad. Al último, que ha derribado, le levanta el yelmo y descubre que es casi un anciano. Otro caballero escapa en dirección a un castillo cercano. Amadís levanta la tela y descubre una estatu de un rey con la cabeza hendida. Junto a ella, una dueña y una hermosa niña. Amadís pregunta por la estatua, pero la dueña se niega a responder. Amadís continúa viaje. Al poco rato le alcanza el caballero viejo. Trae un mensaje de la dueña que le invita a pasar la noche en el castillo. Amadís acepta. Entra confiado en el castillo y, de súbito, se ve rodeado por caballeros y soldados que le quieren apresar. Amadís se defiende con bravura. Mata a seis y deja a otros tantos malheridos, pero el número de sus oponentes es tan grande que apresan al enano y a Gandalín. Amadís también está a punto de ser apresado, pero aparece la niña hermosa, que admirada de su valor se decide a ayudarle. Ordena a su doncella que suelte unos leones que tienen encerrados. Los leones atacan a los soldados y Amadía aprovecha para zafarse de su acoso y salir del castillo. En el interior la gente no sabe como desembarazarse de los leones. La dueña, desde un balcón, le ruega a Amadís que les ayude. Amadís se niega. Más tarde es la niña quien le suplica. Ahora accede a ayudarlas. Abre la puerta y los leones escapan. La dueña le invita a pasar la noche en el castillo. Amadís pregunta por la estatua. La dueña le dice que representa a un rey, padre de la niña, asesinado por su hermano de un tajo en la cabeza para luego usurpar su trono. La niña fue rescatada por el caballero viejo que la llevó al castillo de la dueña, su tía, para que la cuidara. El cadáver del rey yace en la carreta, bajo la estatua. La dueña le pide que vengue esta afrenta, aunque cree que son necesarios dos caballeros más, porque hay que eliminar al usurpador y a sus dos hijos. Amadís promete volver en un año acompañado de dos caballeros (piensa en Galaor y en Agrajes) que le ayudarán en la empresa. Por la noche, la doncella de la niña le desvela que fue la niña quien le ayudó al liberar a los leones. Amadís, agradecido, se ofrece a la niña hermosa como su caballero. Ardián, el enano, cree que Amadís se ha enamorado de la niña. El usurpador se llama Abiseos y sus dos hijos, Darasión y Dramís. El reino usurpado es Sobradisa que linda con Serolís. Al día siguiente antes de marchar, Amadís se despide de la niña. Ésta le regala la espada de su padre.

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