sábado, 13 de noviembre de 2010

Libro IV, Capítulo 121 (2 de 3)

Navegando por la mar, divisan otro barco que se les acerca. Galaor envía a su escudero para identificar a sus ocupantes. Los marineros del otro barco dicen viaja con ellos una dama que se dirige con prisa a la Ínsula Firme. Cuando la dama se entera que llevan el mismo destino les pide la merced de viajar juntos. La reina Elisena accede a llevarla con ellos. Angriote va en una chalupa en su busca. Se encuentra con una dama toda vestida de negro, con la cabeza y la cara cubiertas con un velo negro. Angriote le dice que con ellos viaja la reina de la Gaula. La dama de negro le pide que le permita hablar con ella. Ya ante la reina, la dama se presenta como la esposa del rey de Dacia. Cuenta que tuvieron una hija y dos hijos. La hija mayor se casó con el duque de Suecia. La provincia de Suecia es un señorío colindante con el reino de Dacia. El duque resultó ser un facineroso malvado y dominado por la ambición. Planeó una felonía para apoderarse del trono de Dacia: asesinar al rey y a sus jóvenes cuñados, el mayor de los cuales no pasaba de los catorce años. Y puso n marcha sus maquiavélicos planes: con la excusa de pasar unos días de descanso fue a Dacia. El rey acompañado por sus hijos salió a recibirle confiado. El traidor alevoso aprovechó el momento para matar al desarmado rey. Los jóvenes príncipes iban algo más retrasados y contemplaron horrorizados la felonía. Consiguieron huir y refugiarse en la villa cercana. La reina no estaba presente porque se encontraba de viaje  a una romería. El fementido traidor ha cercado la villa donde se refugian los muchachos. Su madre, la reina, al enterarse del vil complot emprendió camino a la Ínsula Firme en busca de ayuda. Es conocedora de la fama de Amadís como caballero andante y desfacedor de entuertos.
Elisena la acoge con cariño y le asegura el socorro de los caballeros de la Ínsula Firme. Angriote y sus compañeros, al oír la triste historia, le piden permiso a Elisena para partir de inmediato en su ayuda. Elisena y Galaor pueden seguir viaje con la dama hacia la Ínsula Firme. Cuando le pide a la reina de Dacia un guía que les conduzca, ella decide acompañarlos. Así marchan de consuno, mientras Galaor lleva a su madre a la ínsula Firme donde llegan sin novedad en pocos días.

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