martes, 19 de octubre de 2010

Libro IV, Capítulo 113 (1de 2)

Estaba Nasciano en su esquiva ermita donde moraba desde hacía más de 40 años cuando le llegan las noticias del enfrentamiento entre Lisuarte y Amadís. Nasciano ya conocía, por la confesión de Oriana, la identidad y origen de Esplandián. Decide que debe intervenir para detener tan sangrienta confrontación. Quiere conseguir el casamiento de Amadís y Oriana. Se dirige a la Ínsula Firme montado en su burro. Tras varias jornadas largas y penosas llega a su destino, pero el rey Perión ya ha partido con su ejército a la batalla. Nasciano se entrevista con Oriana. Le cuenta que a pesar de su retiro se ha enterado del conflicto entre Lisuarte y Amadís causado por el futuro matrimonio de Oriana con Patín. El ermitaño quiere impedir esa matanza que ofende a Dios y a la humanidad entera. Puede hacerse fácilmente si revela a Lisuarte el secreto de Oriana que conoce bajo secreto de confesión. Oriana accede a que desvele su secreto. Le encomienda a Esplandián y le pide que se lo traiga a su lado. Nasciano se despide y monta de nuevo en su burro para cumplir su misión. Sus años son tantos y su caminar tan vagaroso que solo puede llegar a su destino cuando las dos batallas han concluido. Encuentra a los soldados curando heridos y enterrando muertos. Se espanta ante tal matanza. Pregunta por la tienda de Lisuarte y allí va. El rey lo reconoce y se postra ante él y le pide su bendición. Nasciano se la da y lo hace levantar. Él mismo se arrodilla ante el rey para besarle las manos. Lisuarte se lo impide, lo levanta y lo abraza. Lisuarte le invita a comer, ordena que traigan viandas y comen en amigable compañía. Luego se retiran a un rincón apartado de la tienda. Lisuarte indaga por la razón de su venida. Nasciano le suelta una larguísima y perifrástica perorata contándole como se enteró del conflicto y de la causa de este enfrentamiento y que no puede casar a Orina porque la princesa ya tiene marido.
Lisuarte piensa que Nasciano ha perdido el juicio debido a su avanzada edad. Le dice que Oriana está soltera y que aunque la deja sin derecho al trono de Gran Bretaña, a cambio le ofrece el trono de Roma, de mucha más alcurnia. 
Nasciano le cuenta el secreto de su hija: como se prometió en matrimonio a Amadís cuando la liberó de la prisión de Arcaláus, como se entregó a él y como engendró a Esplandián.
Lisuarte se queda estupefacto al saber que Oriana está virtualmente casada con Amadís y que Esplandián es su nieto. Dice que si lo hubiera sabido todos estos muertos podrían haberse evitado. Nasciano le responde que no pudo decirlo antes por el secreto de confesión, pero ahora Oriana le ha dado el permiso para levantarlo...

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