lunes, 24 de enero de 2011

Libro IV, Capítulo 127 (2 de 3)

Amadís accede a ayudarla, pero como está desarmado y solo dispone de su espada, y si envía a buscar sus armas, Oriana no le permitirá acometer la aventura, se viste con las armas del caballero muerto. Ya se disponían a montar en el batel cuando llega un montero. Amadís le dice que hable con Grasandor y le cuente lo ocurrido para que intente justificarlo ante Oriana. A continuación se embarcan y navegan el resto del día y toda la noche. Mientras, Darioleta le cuenta su historia: Ella y su marido fueron nombrados por Perión gobernadores de la Pequeña Bretaña y allí vivían con sus hijos. Recibieron una carta de Elisena invitándoles a la boda de Amadís y Oriana en la Ínsula Firme. Fletaron una nave y toda la familia y sus sirvientes embarcaron en ella. Al poco de salir les alcanzó una tormenta y se extraviaron. Llegan a una isla y se resguardaron en su puerto. Pronto se vieron rodeados por numerosas embarcaciones y fueron hechos prisioneros. Era la Ínsula de la Torre Bermeja y su señor, el gigante Balán. Fueron llevados a presencia del gigante que les preguntó si había entre ellos algún caballero. El marido de Darioleta respondió que sí. Balán les dijo que tiene por costumbre dar una oportunidad a sus prisioneros. Lucharán en combate singular y si vencen serán todos libres. Si son derrotados, serán prisioneros a perpetuidad. El marido aceptó el reto. Preguntó por las garantías que le daba. El gigante dijo que no había más garantía que su palabra, pero su palabra era Ley. El combate sería en una gran plaza ante las puertas del castillo rodeada de peñas. El hijo de Darioleta le pidió a su padre que le permitiera ser el primero en enfrentarse al gigante. El padre accedió a regañadientes. En la primera justa,Balán le dio tan gran golpe al  hijo que murió él y su caballo. En el turno del padre, éste consiguió acertarle en pleno escudo, pero fue como si hubiera alanzeado una torre, tan fuerte y recio era el gigante. Balán cogió al caballero de un brazo y lo levantó de la silla como si de un niño pequeño se tratara. El gigante ordenó que encerraran al matrimonio y a una hija pequeña y que dejaran el cuerpo del hijo muerto ahí tirado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario