viernes, 11 de marzo de 2011

¡ÚLTIMO CAPÍTULO! Libro IV, Capítulo 133 (2 de 7)

El rey corre hacia la pareja y le grita al hombre que suelte a la doncella. Éste, cuando ve venir al rey, libera a la muchacha y huye por entre la densa vegetación. El rey le persigue a caballo pero las ramas le impiden avanzar con rapidez. Descabalga y continúa la persecución por el bosque. Llegan a un claro en cuyo centro hay una tienda montada. El hombre que huye se mete en ella. Lisuarte, que le sigue los pasos de cerca, lo ve y también se encamina a la tienda. Dentro encuentra a una mujer y al hombre huido que se esconde tras ella. Lisuarte le pregunta a la mujer si ése es hombre de su compaña, le acusa de intento de violación y le exige que se lo entregue para hacer justicia. La dueña le invita a entrar para que le cuente con detalle lo sucedido, ya que ella se solidariza con la doncella. Pero nada más dar un paso dentro de la tienda, Lisuarte cae al suelo sin sentido. Llegan las dos doncellas y se reunen con la dueña y el hombre. Entre los cuatro cogen al desacordado Lisuarte y lo sacan de la tienda. Aparecen dos hombres más que estaban ocultos en el bosque y comienzan a desmontar la tienda. Luego todos se dirigen a la playa. Allí tienen un pequeño navío camuflado con ramas y hojas. Embarcan y zarpan.
Todo lo han hecho de forma tan rápida y discreta que no son vistos por nadie. 
El ballestero que quedó retrasado llega al claro y solo encuentra el caballo de Lisuarte pero sin rastro del rey ni de ninguna otra persona. Registra la zona infructuosamente. Regresa raudo al palacio para dar la alarma.

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