sábado, 5 de marzo de 2011

Libro IV, Capítulo 132 (3 de 3)

A todos les parece bien la propuesta de Balán y se maravillan de ver tanta discreción en un gigante, que son de natural soberbios y poco razonables. Como sabemos, su carácter se debe a la influencia de su madre Madasima y de un sabio griego que su madre trajo para su instrucción.
Todos están de acuerdo con la propuesta. Balán vuelve a hablar con el rey Arábigo y firman el pacto: el rey se compromete a entregar sin más resistencia todo su reino a Bruneo que será coronado como nuevo rey Arábigo. Para el ex-rey le quedaría la más alejada de las Ínsulas de Landas, la llamada Liconia, situada en la parte del cierzo. allí podrá gobernar con independencia a su voluntad y llamarse rey de Liconia.
El sobrino del ex-rey acepta la rendición y todo se lleva a cabo sin problemas.
Bruneo es coronado nuevo rey Arábigo en una gran ceremonia con gran alegría de sus camaradas y también de sus nuevos súbditos que reconocen su bondad y valía.
Tras unos pocos días de descanso los expedicionarios parte hacia Sansueña para completar la conquista. Se dirigen a Califán, importante ciudad sansona. Los de Sansueña ya conocen la derrota del rey Arábigo y la conquista de su reino. Se preparan para una gran batalla reuniendo una enorme cantidad de caballeros y peones. Salen al paso de los expedicionarios antes de que lleguen a Califán. La batalla es terrible, con gran número de muertos y heridos. Destacan en la lucha Balán y sus hombres.Al final los sansones son derrotados definitivamente. Sufren tan grandes pérdidas que ya no tienen suficientes soldados como para defender las plazas y toda Sansueña cae con facilidad en manos de los insulofirmeños. Cuadragante es nombrado nuevo Señor de Sansueña.

Volvamos con Lisuarte, pues hace mucho que no sabemos nada de él.

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