lunes, 21 de marzo de 2011

Libro IV, Capítulo 133 (7 de 7) ¡Esto es todo, amigos!

Embarcan en una fusta con destino a la Sierpe. Ya en su interior, Urganda los conduce a una gran sala donde los caballeros cenan. Urganda y los donceles continúan hasta una salita adyacente donde unas muchachas están tocando instrumentos. Allí cenan Urganda y los donceles. Cuando acaban, la hechicera vuelve a la gran sala y les pide a los caballeros veteranos que vayan a la salita y hagan compañía a los noveles. Urganda se va pero vuelve al poco tiempo. Lleva una loriga en sus manos. Junto a ella vienen sus sobrinas Solisa y Julianda que traen un yelmo y un escudo respectivamente. Son armas de color negro y no blancas como suele ser tradicional que usen los caballeros noveles.
Urganda va hacia Esplandián y le pide que se vista con esas armas cuya negrura representa la tristeza por la desaparición de su abuelo Lisuarte. Esplandián, con ayuda de Solisa y Julianda, se coloca las armas. Entonces Urganda habla con Amadís. Le dice que falta la espada que encontrará en un lugar que ya conoce Amadís (¿se referirá a la Ínsula de la Doncella Encantadora?)
Una vez armado Esplandián, entran en la capilla cuatro doncellas. Cada una de ellas trae las armas para un caballero. Estas son armas blancas adornadas con piedras preciosas y cruces negras. Se las entregan a los caballeros noveles.
Luego, los cinco donceles velan sus armas ante el altar de la Virgen María. Entre ellos destaca Esplandián por su belleza. Pasa la noche rezando, rogándole a Dios que le permita rescatar a su abuelo.
Al alba, un enano feo y laso desde lo alto de la Sierpe tañe reciamente una trompeta. El sonido se oye por toda la Ínsula Firme. Todos los habitantes de la isla dirigen sus miradas a la Sierpe.
Urganda hace subir a los caballeros al lugar donde está el enano. Luego coge de la mano a los cinco caballeros  noveles y suben tras ellos. Les siguen seis doncellas con trompetas doradas.
Urganda le pide a Balán que arme caballero a Esplandián. El gigante mira indeciso a Amadís que le hace un gesto de asentimiento para que acceda a la petición de Urganda. Entonces Balán arma caballero a Esplandián y le coloca la espuela derecha. Le promete que no armará más caballeros. 
Urganda insta a Amadís para que le diga su mandado a Esplandián.  Amadís le cuenta como en sus pasadas andanzas llegó a Constantinopla y fue honrado por el Emperador. Allí le prometió a su hija Leonoreta y a la reina Menoresa que les enviaría un caballero de su linaje para servirlas. Ahora le encomienda a Esplandián que cumpla esa promesa y le da el anillo de Leonoreta.
Esplandián, de rodillas, le besa la mano y dice que cumplirá el encargo sin demora. 
Acto seguido, Urganda le dice a Esplandián que nombre caballeros a los cuatro donceles. Así lo hace.
Las doncellas tocan las trompetas doradas. Escuchan el melodioso sonido. Los caballeros noveles caen dormidos. Empieza a salir un humo negro y espeso de las narices de la Sierpe. Se extiende rápidamente impidiendo la visión a los asistentes. 
Al poco tiempo se despeja el humo. Los caballeros descubren que se encuentran de nuevo en la huerta del castillo de Amadís. No hay rastro de Urganda ni de Esplandián ni de sus cuatro camaradas.
Todos están desconcertados, como si todo lo hubieran soñado. Amadís encuentra una carta de Urganda que lee a la concurrencia. En ella les dice que ya ha llegado el momento de abandonar las andanzas caballerescas. Todos han alcanzado ya las más altas cotas en sus respectivas carreras como caballeros andantes y es hora de disfrutar de su merecida fama. Sobre todo el mejor de ellos, Amadís, quien ha realizado las más grandes y extremadas hazañas. A partir de ahora disfrutará de la gloria conseguida por los hechos pasados pero también le tocará sufrir los sinsabores y amarguras que conlleva la responsabilidad de gobernar los reinos y señoríos ganados. Y es posible que estas nuevas preocupaciones le hagan añorar los tiempos de solitarias andanzas caballerescas con solo un enano a quien mandar. Le insta a que emprenda esta nueva vida: gobernar y no batallar. Que ceda sus armas a aquel a quien Dios ha designado para alcanzar grandes victorias, tan grandes que oscurecerán las de su padre...
Tras la lectura de la carta Amadís habla con sus amigos. Les aconseja que retornen a sus señoríos. Galaor, Galvanes y Brandoibás irán a Londres para informar a Brisena de lo que ha pasado y de la razón por la que no han iniciado la búsqueda de Lisuarte. Amadís se quedará en la Ínsula Firme con Agrajes, a la espera de noticias de su suegro, presto a dar su ayuda en cuanto sea requerida.
A todos les parece bien. Bruneo y Cuadragante, con sus respectivas esposas Melicia y Grasinda, vuelven a sus señoríos. Galaor, Galvanes y Brandoibás, a Londres. Agrajes y Grasandor se quedan en la Ínsula Firme. Balán decide quedarse también en la isla acompañando a Amadís hasta saber noticias de Lisuarte.


A Dios sean dadas gracias.
Acábanse aquí los Cuatro Libros del esforzado
y muy virtuoso caballero Amadís de Gaula,
Hijo del Rey Perión y de la Reina Elisena,
en los cuales se hallan muy por extenso
las grandes venturas y terribles batallas
que en sus tiempos por él se acabaron y vencieron,
y por otros muchos caballeros,
así de su linaje
como amigos suyos.

8 comentarios:

  1. UISHHHH COMPADRE.....Respeto, mis re contra respetos. Que laburo tan berraco, bueno no creo en Dios, pero gracias a lo que sea que acabaste. Donde quiera que estuvieres, una birra te invitaría.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Anónimo Compadre,....
    Me bebo esa birra a tu salud.

    ResponderEliminar
  3. ABSOLUTAMENTE ESPECTACULAR.

    He dicho.

    ResponderEliminar
  4. Anonadada me hallo. Te amo, Perfecto Desconocido.

    ResponderEliminar
  5. Gracias Inés.
    Me siento totalmente recompensado por mi esfuerzo si he conseguido el Amor de una bella Doncella...
    Aunque ahora que lo pienso... Quizás te refieras a algún nuevo apelativo de Amadís: Beltenebros, Caballero del Enano, Ca ballero de los Leones, Caballero de la Verde Espada y Perfecto Caballero Desconocido...
    ...
    Ah! Entonces estás anonadada por el amor que sientes por Amadís.
    -te recuerdo que al final se casa con otra, ;) -

    ResponderEliminar
  6. El resumen ha sido de gran ayuda. Mil gracias.

    ResponderEliminar
  7. Muchas gracias! de gran ayuda tus apuntes!

    ResponderEliminar