jueves, 21 de enero de 2010

Libro III, Prefacio. Segunda parte.

Dos leguas antes de llegar a su destino, los doce caballeros se encuentran con Amadís que viene acompañado por dos mil trescientos caballeros muy bien armados. Amadís los recibe con alegría. Llega Cendal. Ve la multitud de buenos caballeros que rodean a Amadís y sus ojos se humedecen al pensar en la gran pérdida que ha sufrido su rey. Pero se recompone presto y se planta ante Amadís. Le transmite el desafió de Lisuarte: que no osen recuperar Mongaza y que ninguno de los caballeros de la Ínsula Firme se atreva a poner sus pies en tierra de Lisuarte bajo pena de muerte. Cuadragante le responde que no tiene ninguna obligación con Lisuarte y que tenga cuidado con él. Amadís decide consensuar una respuesta al rey entre todos sus compañeros. Invita a Cendal a su ínsula y le propone que pase por el Arco de los Enamorados. Cendal se maravilla de tan feraces campos y tan fuertes castillos. Amadís lo aloja en su mejor posada.
Dragonís y Palomir son hijos de Grasujis, rey de la Alemania Profunda, y de Saduva, hermana del rey Perión de Gaula. Como éstos, muchos otros caballeros de la Ínsula Firme son de linaje real, ducal o condal y todos ellos han traído gentes y barcos de sus respectivos paises con el objetivo de conquistar Mongaza. Dragonís y Palomir designan a un caballero de su reino, Sadamón, como portador del mensaje de respuesta a Lisuarte: ya que el rey les amenaza y desafía, que se guarde de ellos, que en cuanto estén preparados tienen intención de conquistar Mongaza y restituir a Galvanes en el lugar que se merece.
Amadís, por su parte, envía a don Gandales con un mensaje personal para el rey: no teme a su desafío, no sospechaba de su ingratitud y le pesa haberle servido, aunque no piensa conquistar Mongaza por deferencia a la reina Brisena. Pero que si Lisuarte quiere su enemistad, la tiene plenamente. Agrajes le dice a Gandales que transmita a la reina su deseo de que su hermana Mabilia abandone la corte de Lisuarte (con pesadumbre para Amadís, pues contaba con Mabilia para mantener su relación con Oriana, mas no se atrevió a contradecirle). Cendal, Gandales y Sadamón parten juntos a cumplir su misión. En diez días llegan a la corte de Lisuarte. Sadamón transmite su mensaje y dice que no habrá paz entre ellos hasta que Lisuarte no restituya a Madasima y Galvanes en el trono de Mongaza. Lisuarte se niega. Gandales le transmite el mensaje personal de Amadís. Todos aprecian su lealtad. El rey los invita a comer junto con sus caballeros. Después de comer Gandales visita a la reina y le transmite el mensaje de Agrajes. Oriana llora, Mabilia Llora. Don Gandales dice que la llevará junto a la reina Elisena de Gaula y su prima Melicia. La reina no quiere que Mabilia salga de la corte sin haberla casado. Consulta su decisión con su eposo que accede a que Mabilia se quede. Gandales advierte que la doncella prefiere quedarse junto a Oriana y no insiste en llevarsela. Brisena agradece la decisión de Amadís y se lo hace saber a Gandales. Oriana también habla con él: le envía recuerdos a Amadís. También Mabilia hace lo mismo: envía recuerdos para Agrajes y Amadís. Gandales y Sadamón retornan a la Ínsula Firme. Al salir ven las tropas que Lisuarte ha preparado para defender Mongaza. Lisuarte las ha colocado allí a propósito, para atemorizar a los caballeros de la Ínsula Firme. Ven que los jefes del ejercito son Arbán de Norgales y Gasquilán el Follón (hijo de Madarque, gigante de la Ínsula Triste, y de una hermana de Lanzino, rey de Suecia). Este Gasquilán es tan esforzado que cuando murió su tío Lanzino, le ofrecieron el trono de Suecia. Pero cuando se enteró del conflicto surgido entre Amadís y Lisuarte, abandonó su reino para medirse con Amadís, por amor a una doncella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario