domingo, 10 de enero de 2010

Libro II, Capítulo 63, segunda parte

Amadís y sus amigos llegan a la Ínsula Firme donde son recibidos con alborozo. Los aposentan en una gran villa cercana al castillo. La isla tiene nueve leguas de largo por siete de ancho. Apolidón había construido cuatro moradas: el palacio de la serpiente y los leones, el palacio del ciervo y los perros, el Palacio Tornante (tres veces por día y tres veces por noche se tornaba tan recio que los que dentro estaban temían que se hundiera) y el palacio del toro (con un toro que salía de una osura galería embistiendo a la gente y luego rompía una puerta de hierro y se metía en una torre. Al poco salía con un mono montado en su grupa, manso cual cordero. El mono era viejo, de pellejo colgante y conducía al toro de nuevo hasta la galería). Llega el ermitaño Andalod de la Peña Pobre para visitar a Amadís que lo recibe con alegría. Ha fundado un monasterio al pie de la Peña Pobre, en la ermita de la Virgen. Al frente de la comunidad de treinta frailes ha quedado Sisián. Amadís les concede rentas suficientes para vivir. Andalod se torna a la Peña pobre. Llega Baláis de Carsante (exprisionero de Arcaláus) que al conocer la marcha de Amadís, también ha renunciado al servicio del rey Lisuarte. Lo acompaña Olivas. Baláis le trae las últimas nuevas sobre Lisuarte: ha mandado reunir a todos sus caballeros porque las fuerzas que envió al mando del Conde Latine a Mongaza han encontrado resistencia. El gigante viejo les entregó todas las plazas y castillos que controlaba, pero Gromanaza, que posee el castillo más fuerte, el del Lago Ferviente, se niega a entregarlo. Controla además otras tres plazas fuertes defendidas por imponentes castillos. Antes morirá que entregar sus posesiones y le es indiferente el destino de su hija Madasima y de sus doncellas. Lisuarte amenaza con decapitarlas si no se le entrega Mongaza antes de un mes. Amenaza con ocupar por la fuerza el castillo del Lago Ferviente y arrojar a Gromadaza a los leones. Galvanes recuerda que está obligado a defender a Madasima y pide ayuda a sus amigos. Flortestán, Brián y Cuadragante están dispuestos a hacerlo. Amadís propone que se designe a doce caballeros, uno por doncella, para que luchen por salvar sus vidas. Amadís y el resto quedarán en reserva por si la situación se complica. Los elegidos son Galvanes, Agrajes, Florestán, Palomir, Dragonís, Brián, Nicorán de la Torre Blanca, Orlandín, Gavarte, Ymosil (hermano del Duque de Borgoña), Madancil de la Puente de la Plata y Ledaderdín de Fajarque. Todos de acuerdo parten al día siguiente hacia Tasilán, donde se encuentra Lisuarte.

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