miércoles, 12 de mayo de 2010

Libro III, Capítulo 80 (2 de 4)

Sardamira comenta jocosa que penosos caballeros les han enviado como escolta. Todos han sido vencidos por un único caballero. Oriana lee la carta. Agrajes y Florestán le cuentan que Gandalín y el enano han llegado a la Ínsula Firme y que Amadís llegará antes de ocho días. Están preparando una flota para acudir en su rescate.
Las damas llegan a la corte. Oriana ve a los romanos y se echa a llorar desconsolada. El rey le dice que no llore, que tiene nuevas que la alegrarán. Oriana le pide a Arbán de Norgales que interceda por ella ante su padre para evitar el casamiento. El rey la visita acompañado de Argimón y Grumedán. Oriama se postra a sus pies y le dice que si la obliga a casarse con Patín, se matará. Y que piensa renunciar a sus derechos sucesorios en favor de su hermana Leonoreta, con el consiguiente chasco para los romanos, que, por esta razón, pueden tornarse en enemigos de Lisuarte. El rey le dice que lo va a meditar y que le hará saber su decisión por medio de la reina.
Argimón, Arbán y Grumedán se reunen con el rey e intentan convencerle para que rompa el compromiso. El rey se mantiene en sus trece. Argimón cree que este empecinamiento es un gran error que tendrá graves consecuencias y quiere desentenderse del asunto. Le pide licencia al rey para volver a sus tierras y abandonar la corte. Lisuarte le da permiso sin pestañear.


No hay comentarios:

Publicar un comentario