martes, 27 de julio de 2010

Libro IV, Capítulo 100

Gandalín llega a Gaula. Se reune con Perión y le plantea la situación. Perión responde que Amadís cuenta con todo su apoyo. Galaor se encuentra allí, convaleciente de una enfermedad. Perión le dice a Gandalín que no le cuente nada del asunto. Norandel, hijo de Lisuarte, está también allí, visitando al enfermo Galaor. Perión también le dice a Gandalín que no le cuente nada, que ya se encargará él mismo de decírselo en el momento oportuno.
Gandalín visita a Galaor para contarle noticias de su hermano, pero a instancias de Perión, no le cuenta nada del conflicto con Lisuarte. Galaor lo recibe en el lecho del dolor, enfermo, flaco y demacrado. Le pregunta emocionado por Amadís. Gandalín le cuenta sus aventuras por Romania y le dice que su hermano desconoce la enfermedad de Galaor. Si lo supiera, le faltaría tiempo para venir a verlo. Norandel saluda a Gandalín y también pregunta por Amadís.
Llega Perión. Se lleva a Norandel y, en un aparte, le aconseja que regrese raudo a Gran Bretaña, pues sospecha que su padre lo necesita. Le pide que no diga nada a Galaor para no perjudicar su recuperación. Esta acción de Perión tiene un doble objetivo: enviar a Norandel junto a Lisuarte en un momento de necesidad y evitar que Norandel vea como prepara hombres y armas en ayuda de Amadís. Norandel se despide de Galaor diciéndole que se va en busca de aventuras para mejorar su currículo caballeril. Galaor, que se siente muy enfermo, lamenta no poder acompañarle, pero le desea lo mejor.
Norandel se despide de Perión, de su esposa y de su hija. Todos hacen los mismo expresándole sus mejores deseos. Norandel parte a Gran Bretaña y llega sin novedad. Se presenta ante su padre, el rey Lisuarte. Todos le reciben con alegría.

No hay comentarios:

Publicar un comentario