sábado, 6 de marzo de 2010

Libro III, Capítulo 71

Lisuarte sale de excursión acompañado por la reina, por Oriana y por algunos cortesanos. Van a la Fuente de la Siete Hayas. Del cercano bosque ven salir a una leona acompañada por un niño de cinco años: es Esplandián. El grupo observa como Esplandián caza un ciervo ayudado por la leona y por el sobrino de Nasciano. Lisuarte se planta ante Esplandián y le pregunta quien es y donde vive. El niño le explica que vive con un ermitaño y le invita para que visite su morada. Lisuarte acepta y acompaña al niño. Nasciano le recibe y le cuenta la historia de Esplandián, como lo encontró, como se lo dió a su hermana y a su cuñado Sarguil para que lo criaran y como, desde hace unos meses, vive con él acompañado por su sobrino que también se llama Sarguil. Lisuarte se acordaba de Sarguil padre, que fue un buen vasallo suyo. Se ofrece para favorecer tanto al hijo como a su compañero de juegos. Lisuarte regresa a su campamento. La reina le cuenta que durante su ausencia ha venido Urganda que le ha dejado una carta. En ella, Urganda le recomienda que favorezca a Esplandián porque va a ser un gran caballero que dará gran lustre a la casa de Lisuarte. El rey reune a sus caballeros y cortesanos. Les hace oír la carta de Urganda y les comunica que ya ha encontrado al tal Esplandián. Al poco rato llegan Nasciano, Sarguil, Esplandián y la leona con varias piezas de caza que reparten. Nasciano vuelve a contar la historia de Esplandián, y Oriana, Mabilia y la Doncella de Dinamarca caen en la cuenta de que Esplandián es el hijo de Oriana. Lisuarte le pide a Nasciano que le ceda a ambos niños para su educación. El ermitaño, con pesar, accede. Esplandián en principio destinado al servicio de la reina, termina estándolo al servicio de Oriana, su madre, con gran placer de ésta. En secreto de confesión, Oriana le revela a Nasciano que es la madre del niño, pero le tranquiliza diciéndole que tiene promesa de matrimonio de Amadís.

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