viernes, 24 de julio de 2009

Libro I, Capítulo 13

Amadís llega a un castillo. Es de noche pero está iluminado. Oye bullanga y alegres voces. Pide hospitalidad pero se la niegan. Reclama el nombre de tan inhospitalario caballero: es Dardán. Amadís le reta, pero Dardán le contesta que no son horas. Amadís sigue su camino. Encuentra a dos doncellas que le invitan a pasar la noche en su campamento. Le explican que van a la corte del rey Lisuarte para ver un Juicio de Dios: una viuda espera un campeón que la defienda de su hijastra que le quiere quitar toda su herencia. La hijastra ya tiene el suyo: es Dardán. Al enterarse, Amadís decide ofrecerse a la viuda para luchar contra Dardán. Sin embargo, les pide a sus compañeras que guarden su identidad y sus intenciones en secreto hasta el momento oportuno. Acuerdan continuar el viaje juntos. A la mañana siguiente, se tropiezan con dos caballeros que pretenden raptar a las doncellas y violarlas...
7ª Aventura: Amadís se enfrenta a ellos y derriba a ambos. Continúan camino. Acampan junto a un río. No están del todo instalados cuando aparecen de nuevo los dos caballeros. Esta vez pretenden luchar a espada. Amadís lucha contra ambos a la vez: uno, malherido, cae al suelo y se declara vencido. El otro, también herido, huye. Amadís hace jurar al herido del suelo que no forzará doncellas y le deja marchar.
8ª Aventura: Siguen camino hasta las cercanías de Vindilisora. Amadís quiere presentarse en el último momento, así que acampa allí mismo. Las doncellas continúan hasta la villa. Acuerdan que le avisarán en el momento oportuno. Mientras espera, ve llegar a una comitiva. Es la viuda a la que pretende defender. Habla con ella pero no le cuenta sus intenciones. Las doncellas vuelven por la noche con noticias de Dardán. A la mañana siguiente regresan a la villa. Amadís se queda esperando en un bosquecillo junto al campo de combate. Van llegando el rey, los caballeros, las doncellas, el público en general...Dardán reta al defensor de la viuda: nadie se presenta. Han de esperar hasta la hora tercia. Poco antes de que expire el plazo aparece Amadís. Se planta ante Dardán y se presenta como aquél a quien negó hospitalidad. Se ofrece como valedor de la viuda. Comienza la lid que es esforzada y larga: primero con lanzas, luego con espadas y, por último, a pie. Amadís lleva ventaja y su victoria parece inminente, pero en un momento oye la voz de la Doncella de Dinamarca y la reconoce. Su pensamiento vuela hacia su amada Oriana y pierde la concentración. Dardán lo aprovecha, recupera terreno y consigue empujar a Amadís hasta los límites de la derrota. Amadís reacciona y en un último esfuerzo derriba a Dardán y le obliga a reconocer su derrota. Dardán no tiene más remedio que hacerlo. Luego, Amadís, humilde, escapa hacia el bosquecillo.
La amiga de Dardán lo repudia tras su derrota. Dice que prefiere a Amadís antes que a él o a cualquier otro. Dardán, dolido y enfurecido, la ataca y la mata de un golpe. Dándose cuenta de lo que ha hecho, se suicida atravesándose con su propia espada.

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