martes, 8 de septiembre de 2009

Libro I, Capítulo 41

9ªAventura de Galaor: Galaor y la doncella persiguen al Caballero de la Floresta durante cuatro días. Galaor está tan enfurecido que se enfrenta a cuanto caballero se topa, matando a la mayor parte. Llegan a un valle con un castillo en lo alto. Se acercan a pedir hospedaje. El dueño del castillo que viste una capa escarlata, los acoge con simpatía. Le cuenta a Galaor como sus hijos están malheridos tras un encuentro con un caballero. Les derribó a ambos y cuando quisieron continuar la lucha a pie y con espadas, el otro se negó y se quiso marchar. Se montó en una barca para cruzar un río pero los hijos del caballero consiguieron detener la embarcación. En la barca había una una dueña que intentó mediar pero los hermanos no cejaron en su empeño. Por fin , el caballero accedió y lucharon. Los venció de nuevo con facilidad, se embarcó y se fue.
Por la descripción de caballero, Galaor reconoce a su adversario. Al día siguiente parte en su busca. Encuentran una fortaleza. La doncella se adelanta. Vuelve al poco rato acompañada de otra doncella y de diez hombres armados y a caballo. La segunda doncella es prima de la primera. Se ofrece a guiar a Galaor hasta el Caballero de la Floresta. Les lleva hasta la costa. Se divisa una isla a unas tres leguas de distancia. Galaor se embarca con las doncellas. Solo puede pasar un caballero cada vez por condición impuesta por la gobernadora de la isla que protege al Caballero de la Floresta. Ella se llama Corisanda, Señora de la isla de Gravisanda. Está enamorada del Caballero de la Floresta y, para evitar que se vaya en busca de aventuras, atrae de vez en cuando a caballeros a la isla para que se enfrenten a su amado que invariablemente los derrota o mata. El caballero estaba en la floresta donde lo encontraron Amadís y Galaor cumpliendo una promesa que le hizo a otra doncella (defender el paso durante 15 días). Corisanda, muy a su pesar, le había permitido salir de la isla para cumplir esa promesa. Le había concedido un un mes de plazo.
Cuando Galaor llega a la isla ya ha anochecido. Desembarcan y acampan. Galaor intenta seducir a la prima de la doncella. Ella no cae en sus redes aunque en el fondo se siente muy atraída por él. Al día siguiente continúan camino hasta un castillo. De la muralla cuelga un cuerno. Galaor lo hace sonar. Del castillo sale la señora con su comitiva. Montan una tienda y en ella se meten. Galaor envía a la prima para que hable con Corisanda y avise al Caballero de la Floresta. Corisanda lo hace llamar. Cuando llega le besa y abraza y le incita contra Galaor. Comienza la justa, parten sendas lanzas y destrozan sendos escudos. Galaor saca su espada pero el otro caballero le propone cruzar lanzas otra vez. Galaor accede a pesar de tener un caballo de inferior calidad. En el segundo encuentro, ambos están a punto de caer de sus caballos. Ahora sí lucharán a espada: la liza es porfiada, brava y prolongada. Se hieren fieramente, destrozando escudos y armaduras. Galaor advierte que su caballo desfallece y propone seguir luchando a pie. El otro no acepta. Galaor se lanza sobre él, lo abraza y caen al suelo. Sigue la pugna a pie. Se hieren con saña y encono. Galaor propone un descanso y quiere que el otro le de su nombre. El caballero de la Floresta se niega. Solo dará su nombre a dos caballeros a quienes aprecia y a ningún otro. Prosigue el combate. Por fin, Galaor, tras ímprobos esfuerzos, consigue derribar al caballero. Corisanda intercede para salvar la vida de su amado. Galaor consiente si le dice el nombre del vencido y el esos dos caballeros que tanto aprecia. Corisanda le desvela que es Florestán, hijo del rey Perión, y los otros dos son Amadís y Galaor, sus medio-hermanos, a los que profesa una desmedida admiración.

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