domingo, 8 de noviembre de 2009

Libro II, Capítulo 53

Galaor, Florestán y Agrajes acordaron separarse y partir en busca de Amadís. Pasado un año debían reunirse en una ermita cercana a Londres para compartir el resultado de sus pesquisas. Allí se reunen los tres junto a Gandalín. Su búsqueda ha sido infructuosa. Deciden ir a Londres y si no hay buenas noticias, seguir sus indagaciones. Se entrevistan con Lisuarte que les dice que no hay vislumbre de Amadís. Las amadas de Florestán (Corisanda) y Agrajes (Olinda) se regocijan por su llegada. Oriana y Mabilia, con permiso de Lisuarte, deciden ir al castillo de Miraflores a esperar las noticias de la Doncella de Dinamarca. El rey les pide a los tres caballero que antes de reanudar sus averiguaciones, le ayuden en una batalla que tiene pendiente con el rey Cildadán de Irlanda, yerno del rey Abiés. La razón de la disputa son unas parias que Irlanda se niega a pagar a Gran Bretaña.
Oriana, Mabilia y otras dueñas, escoltadas por Grumedán, parten hacia Miraflores. Les recibe Adanasta, la abadesa del monasterio contiguo y guardiana de las llaves del castillo. Oriana le encarga a Gandalín que haga una copia de las llaves para que Amadís disponga de ellas cuando regrese.

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